“LA ESCUELA RURAL NO SE QUEDA SOLO EN EL RECUERDO:
SE VA CON LA MAESTRA EN SU TRASLADO.
PARA MI, EL ARROYO SAN JUAN, LAS PUESTAS DE SOL DETRAS DE LOS CERROS QUEDARON MARCADAS Y SON PARTE DE MI.”
RENEE VILLANUEVA DE FUENTES
Maestra Rural
Escuela Rural Nro 14 - Paso Antolín
Les compartimos dos pequeñas historias escritas por Renee:
La solidaridad, ese gran valor que siempre debemos acrecentar.
Ana y Lelia recuerdan en forma especial a Don Ramón, el papá de Mario, que cuando llovía los iba a esperar… Y no sólo le llevaba abrigo a Mario, sino que también traía para ellas y las llevaba a su casa, a esperar que pasara la lluvia.
Y entonces les daban la merienda: recuerdan una tarde la mamá de Mario, tenía un pastel hecho con acelga y salsa blanca. Como todo niño, la comida en casa ajena ¡qué rica! Cuando nos sirvieron el pastel lo queríamos saborear muy bien y entonces comíamos pequeños trozos y muy despacio.
¿Qué pasó entonces? Que la Sra, pensó que no nos gustaba ¡y se llevó el plato con el pastel! Y les dijo: “como veo que no les gusta les traigo otra cosita, ¡que desilusión! Igual, no nos decidimos a decirle que nos encantaba…
Cuando la lluvia pasaba, Don Ramón nos acompañaba hasta el arroyo, para comprobar si no había crecido y entonces sí, nos dejaba regresar a casa.
¡Gracias por siempre, Don Ramón y Sra.!
“La petisa blanca mañosa”, no quería ir a la escuela, pero sí quería volver.
Entonces nos propusimos buscar la solución al problema: En una vara larga, ataron un hilo largo y en el extremo ataron un choclo y así, mostrándole el maíz con continuos “revoleos” las llevaba hacia la escuela.
La hora de almorzar les ofrecían comidas ¡tan ricas! Como los buñuelos de acelga que preparaba Rita.
Al regresar a nuestra casa, no había problema, porque la petisa trotaba con ganas, entonces el choclo iba guardado en la mochila … Hasta mañana.